lunes, 9 de diciembre de 2013

4.-PROPONER LA FE CRISTIANA… como puerta que abre nuevos caminos.



Llamé a la puerta de la casa de un amigo

y recibí un sin fin de abrazos de alegría.
 

Llamé a la puerta de la casa de un inmigrante
y recibí la cálida acogida de su patria.  
                    

Llamé a la puerta de la casa de un bombero                    
 y recibí instrucciones para no jugar con fuego.
 

Llamé a la puerta de la casa de un científico, 
y recibí pruebas para detectar  los errores.



Llamé a la puerta de la casa de un fontanero,
recibí lecciones para  arreglar averías.


Llamé a la puerta de  la casa de un sastre 
 y recibí las medidas precisas para tener un traje de fiesta.



Llamé a la puerta de  la casa de un panadero 
y recibí la fórmula para conseguir el pan nuestro de cada día.


Llamé a la puerta de la casa de un militar 
y recibí normas para tener disciplina.

  

Llamé a  la puerta de la casa de un taxista 
y recibí el mapa de rutas para ir por todos los caminos. 


Llamé a la puerta de la casa de un albañil 
y recibí las habilidades para trabajar  mil detalles.



Llamé a las puertas de la casa de  una comunidad cristiana y 
recibí todas las cualidades juntas, porque allí se vive la fe en Jesús,

siguiendo el Evangelio, que abre todas las puertas que conducen

hacia los caminos más auténticos y prácticos de la vida.
 

¿Desde dónde te sitúas?


           Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es



                                                           Hasta la próxima semana.

                                                              Tino Escribano  Ruiz

3 comentarios:

  1. Desde la búsqueda, intentando, llamando, anhelando...es difícil, igual está y no se ve, te lo dicen y no lo oyes, sólo veo prisas , preparativos, disculpas...

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  2. A cuántas puertas has llamado
    y todas con cuanto acierto,
    ojala fueran verdad
    y no solamente un cuento.

    La única verdad que encuentro
    en todas esas llamadas,
    es la única que pones
    la de la Comunidad cristiana.

    Sin esa Comunidad,
    en la que vive Jesús,
    no se abriría ni una puerta
    eso bien lo sabes tú.

    Yo por eso me sitúo
    justamente en esa puerta,
    para decirle a la gente
    que pase y vea, que está abierta;
    que los que estamos por dentro
    no exigimos nada a nadie,
    que entren a comprobarlo
    y seguro que se quedan.

    Que solo damos cariño,
    comprensión, amor y respeto,
    a todo el que quiera entrar
    a ver qué estamos haciendo.

    Flori Hernández.

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  3. Adviento es comienzo. Volver a comenzar.
    Nos dá miedo avanzar, ver nuevos horizontes, nuevos caminos, nuevas bellezas tanto naturales como artificiales.
    Nos acomadamos en lo que conocemos y podemos abarcar.
    Seamos más valientes, lancemonos, veamos las necesidades desde nuestro interior.
    Dios está con nosotros.
    Gracias Tino.

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