viernes, 14 de marzo de 2014

17.-PROPONER LA FE… con estilo de fiesta

Me invitaron a una fiesta de amigos y sentí una gran alegría porque alguien había pensado en mí.

Me invitaron a una fiesta de cumpleaños y sentí que la amistad se enriquecía con una compañía vital.

Me invitaron a una fiesta de bodas donde abunda la hermandad  disfrutando unos con otros, venciendo a la soledad.

 Me invitaron a una fiesta callejera, sin prisas por acabar, disfrutando del saludo de todos y abandonando la frialdad.

Me invitaron a una fiesta que se tenía en un bar y todo acabó muy bien porque también allí  resplandece el perdón y la amistad.

Me invitaron a una fiesta de gente muy singular, y comprobé que la tolerancia alegra la vida cuando se lleva espíritu de bondad; vivir esta fiesta es un lujo que nadie puede comprar.

Me invitaron a una fiesta muy familiar y me situé entre ellos como uno más, pues la familia es muy sagrada y, cuando está de fiesta, lo es más.

En todas las fiestas que viví, se reía y se cantaba, se hablaba y se compartía, y también se disfrutaba. La gente se daba abrazos, y palmadas en la espalda. Nadie era más que nadie y entre todos se ayudaban.

Entré en la comunidad cristiana y encontré personas que viven en constante estado de fiesta, pues celebran la vida con  profundidad, como les enseñó Jesús, que es el que invita a su fiesta.                                                                                                                                                                                                                                                                                              El menú está escrito en el Evangelio que siempre ofrece los mejores sabores para el paladar; los comensales pueden cambiar, si los que están invitados, no acuden. Cuando termine esta fiesta, otra nueva empezará, hasta que llegue la definitiva con el Padre celestial.

¿Desde dónde te sitúas?

Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección:

                                       Hasta la próxima semana.
                                                                                                 

Tino Escribano Ruiz

4 comentarios:

  1. Yo me sitúo en la gran amistad vivida como una fiesta, aunque para tener una gran amistad no siempre se tiene la alegría de una fiesta.
    También en las desgracias se manifiesta la amistad cuando es profunda y de verdad.
    Me ha chocado lo de la amistad en el bar y pienso que también en un paseo o donde sea , puedes entablar amistad. Yo conozco a dos personas que hoy son un matrimonio feliz y que se conocieron y surgió amistad mientras sacaban a su perro a pasear.
    Cuando se vive cualquier amistad desde la fe cristiana, se hace más sólida porque cimentada en la base de Jesús.
    J.M.

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  2. Tino: La ventana es por donde se entra la música. Pero es la ventana del oído, escuchas la palabra del amigo las que te dicen que te aprecian te escuchan cuando tocas el órgano, la música la llevas dentro del corazón y nos las mandas a todos por mediación de Jesús que es el que todo lo quiere bueno.
    Sigue así y todos te escucharemos con atención.

    Maxi
    Un saludo,

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    1. Maxi, has conseguido emocionarme con tus buenos sentimientos llenos de música. En esta ventana intento decir que quienes tenemos la fe cristiana nos educamos en las mejores emociones para sentir la vida y hacer que otros la sientan con profundidad para vivirlo en el amor a los demás como nos enseñó Jesús.
      Gracias Maxi por pensar esas cosas tan bonitas.

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  3. Lo de Maxi va ya de nota. Muy bien por compartir lo que sientes.

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