MANOS… PARA LOS MAYORES
-EL
PULGAR:
pongo hacia arriba el dedo pulgar en
defensa de las personas mayores, con
abundantes años desgastados en el desarrollo social y en la unión de la vida
familiar.
Pongo
hacia abajo el dedo pulgar en señal de repulsa hacia
las instituciones sociales que no atienden
a los ancianos que están solos o no tienen apoyo familiar o están con dificultades para realizar actividades
básicas.
-EL ÍNDICE: con el dedo índice señalo algunas
alarmas que la encuesta del sínodo ha puesto de manifiesto sobre la problemática social de los ancianos y
mayores en nuestra diócesis. Hay un
número de viudos y viudas con pensión baja que no llegan a fin de mes. Hay situaciones de personas de avanzada
edad que están sobrecargados de trabajo doméstico por tener que atender y dar de
comer a hijos y nietos de sus familias en paro. Según los datos el 11,50 % de las personas mayores de 65
años viven bajo el umbral de la pobreza.
Todo eso nos cuestiona.
-EL
CORAZÓN: El corazón de la familia actual
está en los abuelos como modelos de
entrega y amor. A pesar de los achaques tienen una gigantesca ilusión por vivir y siguen
con las manos abiertas desgastando su
vida con generosidad, alentados por su fe tan robusta y ejemplar. Su
corazón está lleno de amor y
experiencia de fe que transmiten a sus
hijos y nietos. En el Sínodo participan
más de un 65% de estas edades. Ellos son el
corazón que dinamizan nuestras parroquias.
-EL ANULAR: damos el
anillo al reconocimiento de la tarea que los equipos de Cáritas han realizado con los mayores a las 120 personas
atendidas con 102.642 euros invertidos
a 41 mayores atendidos en el servicio de ayuda a domicilio. 110 mayores
acompañados y 310 personas que iniciaron el itinerario de inserción. Otro anillo para los dedos de las
personas que se desviven por atender con dignidad a los ancianos acogidos a las
diferentes residencias de la diócesis.
-EL
MEÑIQUE: La
fragilidad y pequeñez propia de esta edad hacen que la ayuda sea también mayor. La velocidad de la vida actual y la
mentalidad productiva puede llevarnos a la tentación de pensar que quienes han
llegado a la última etapa de su vida ya son un estorbo económico para la
sociedad y que dedicar les tiempo no es rentable. El cuadernillo 2 del Sínodo nos hace pensar en esta realidad. Desde la fe cristiana nos queda mucha tela que cortar, pero si hoy ya nos atrevemos a meter las manos en la masa social para
promover la dignidad humana en nuestros
mayores, iremos por buen camino.
¿Qué
es lo que te sugiere meter las manos
en la
masa de la problemática de las personas mayores?
Cuéntalo en florentinoescribano@yahoo.es
Hasta la próxima semana.
TINO ESCRIBANO RUIZ
Nada que añadir, totalmente de acuerdo, sólo acción.
ResponderEliminarNada que añadir, totalmente de acuerdo, sólo acción.
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