MANOS… PARA
EL MUNDO RURAL
-EL PULGAR: con el dedo pulgar hacia arriba expreso la defensa del mundo rural de nuestros diocesanos porque mantienen la
identidad social y religiosas de nuestros pueblos en armonía con la naturaleza
fomentando un estilo de vida que todavía es humanizador.
Pongo el dedo pulgar
hacia abajo en señal
de repulsa hacia las instituciones
sociales que frenan iniciativas al progreso
laboral en el mundo rural porque solo piensan en la rentabilidad económica
inmediata y no en la calidad de vida integral.
-EL ÍNDICE: señalo la alarma ante el despoblamiento del mundo rural, envejecido y falto de
alternativas en Extremadura. Se han incrementado los gastos de producción de
los productos agrícolas poniendo en riesgo a los pequeños agricultores. Los puestos de trabajo son precarios y
no hay ni para jóvenes ni para los parados mayores
de 50 años. Los ingresos están por debajo del umbral de pobreza.
-EL CORAZÓN: necesitamos una fuerte sacudida del corazón para revitalizar nuestros pueblos más allá del mantenimiento de
costumbres folklóricas de un día. El
sínodo nos debe despertar para exigir
a los políticos la promoción de iniciativas que asienten la población para vivir con dignidad laboral y económica. Nos hace falta poner mucho corazón para
potenciar el enfoque comunitario a nuestra acción social porque una fe no
encarnada en la vida, y sin obras transformadoras de la realidad, es una fe
muerta.
-EL ANULAR: el anillo al reconocimiento lo ponemos
en las manos de las personas que forman
parte del movimiento rural cristiano, a
los hombres y mujeres que se implican en las plataformas rurales y a los curas que los acompañan. En el movimiento rural cristiano se revisa lo que sucede en el pueblo y se ilumina la realidad desde la
doctrina social de la iglesia para programar la acción con iniciativas emprendedoras.
-EL MEÑIQUE: Aún es mucho lo que hay que fortalecer en el mundo rural
especialmente en los pueblos más pequeños que están siendo abandonados a su
suerte como esperando su agonía. La iglesia permanece allí y atiende a los
feligreses pero no debe ser solo para
ayudarlos a bien morir. Con el cuaderno
2 del Sínodo tenemos la oportunidad de aportar propuestas para fortalecer a las pequeñas comunidades
cristianas como principales agentes de animación social comunitaria. Si hoy
ya nos atrevemos a meter las manos en la
masa social de la problemática rural, iremos por buen camino.
¿Qué es lo que te sugiere meter las manos en la masa
de la problemática rural?
Cuéntalo en florentinoescribano@yahoo.es
Hasta la próxima semana.
TINO ESCRIBANO RUIZ
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