Buscaba cooperación
y me apunté
a un equipo de ciclismo.
a un equipo de ciclismo.
Buscaba la sensación
del vértigo,
y me apunté a un equipo de alpinismo.
y me apunté a un equipo de alpinismo.
Buscaba la precisión,
y me apunté a un equipo de baloncesto.
y me apunté a un equipo de baloncesto.
Buscaba encauzar
mi vida,
y me apunté a un equipo de piragüismo.
y me apunté a un equipo de piragüismo.
Buscaba el sentido
del esfuerzo,
y me apunté a un equipo de atletismo.
y me apunté a un equipo de atletismo.
Buscaba la manera de ser
solidario,
y me apunté al equipo de una carrera de relevos.
y me apunté al equipo de una carrera de relevos.
Buscaba superar las
barreras de mi vida,
y me apunté a un equipo de salto de vallas.
y me apunté a un equipo de salto de vallas.
Buscaba la remontada
de los fracasos de mi vida,
y me apunté a un equipo de fútbol.
y me apunté a un equipo de fútbol.
Buscaba defenderme
de mí mismo,
y me apunté a un equipo de artes marciales.
y me apunté a un equipo de artes marciales.
Me acerqué a una comunidad cristiana y encontré, juntas, todas las
características de los equipos; pues allí se valoran las cualidades de cada
persona.
Gana siempre, es el primero y es
el más importante quien se pone al servicio de todos. De esta manera se vive el
Evangelio en comunidad como lo vivieron
aquellas personas que formaron parte del primer equipo de Jesús.
¿Desde dónde te sitúas?
Puedes enviar tus
reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es
Hasta la próxima semana.
Tino
Escribano Ruiz