-Entré
en un quirófano y la experta en cirugía era una mujer. Esto
era un sueño inalcanzable, pero en la profesionalidad
de su trabajo no hay nada indigno de la mujer.
-Formé
parte de un equipo de investigación del
mayor alto grado intelectual universitario. Al frente de las decisiones había una mujer. Esto era una meta inalcanzable; pero en ser inteligente y organizada no hay nada indigno de la mujer.
Trabajé
en una fábrica de automóviles, y la coordinadora de todo el proceso de
ingeniería era una mujer. Esto era una meta inalcanzable, pero en ser la más segura en sus responsabilidades
no hay nada indigno de la mujer.
Investigué
en las asociaciones humanitarias, y el
mayor número de activos era de la mujer. Desde
siempre su corazón inagotable ha llenado de ternura a los más necesitados, con su dignidad de mujer.
Entré
en una institución organizada únicamente
por varones, cuyas normas de pertenencia eran exclusivas para los que
tenían los atributos propios de su género. Me di cuenta de que allí se ponían fronteras a la dignidad
humana.
Me acerqué a una comunidad cristiana, cuyos
principios ofrecen la igualdad de derechos y oportunidades dando dignidad a
todas las personas como hijos de Dios, sin excepción de nada, por encima de
nacer varón o mujer. Y encontré la presencia mayoritaria de la mujer:
educando a los niños, acompañando a los enfermos, atendiendo a los pobres, acogiendo a los inmigrantes, alentando
iniciativas, frecuentando las celebraciones, proponiendo la fe… elevando la dignidad de otras
personas.
Y me pregunté:
¿para cuándo estarán preparados los rostros masculinos de la comunidad para
aceptar que la presidencia de Jesús, que nos reúne en su nombre, pueda tener
también rostro de mujer como lo tuvo, María, en el sublime misterio, y
ministerio, de darle cuerpo a Jesús en la vida terrena?
Siguiendo la novedad del Evangelio se superarán
las tradiciones y reticencias que nos congelan
en formas organizativas del pasado; y se abrirán para la mujer caminos nuevos,
sin diferencias ministeriales con el varón, que quiten las fronteras que
impiden el desarrollo de su total dignidad.
¿Desde dónde te sitúas?
Puedes poner tus reflexiones en "comentarios", que está debajo de cada escrito en el blog.
Hasta la próxima semana.
Tino Escribano Ruiz