sábado, 28 de diciembre de 2013

7.-PROPONER LA FE CRISTIANA… con los colores de la amistad.



Me vestí de color verde, buscando la amistad que llena de esperanza para mantener las ganas de vivir.



Me vestí de color amarillo, buscando una amistad llena de luz que me guiara por el camino por donde se da brillo a la vida.



 Me vestí de color naranja buscando una amistad con coraje y con virtud para afrontar con  energía las pruebas de la vida.



Me vestí de color rojo buscando la amistad que acompaña en los peligros, dispuesta a la entrega sin más miramientos que ofrecer pasión por la vida.



Me vestí de color gris buscando la amistad que me enseñara a estar en silencio, olvidando de mi vida los peores contratiempos.



Me vestí de color violeta buscando la amistad en la autoridad y en las leyes, pero con paciencia y penitencia, con la actitud de quien prepara la espera con exquisito esfuerzo.



 Me vestí de color negro buscando la amistad que me mostrara mi lado más oscuro,

diciéndome las verdades, aunque fuese muy duro.



Me vestí de color blanco buscando la amistad del corazón más sincero, para compartir  la paz y la fiesta sin poner ningún precio.        



 Me vestí de color  azul, como el color del cielo, buscando la amistad que permanece en el más allá donde alguien me espera para la eternidad.                                



Me acerqué a una comunidad cristiana y me encontré con la amistad  de Jesús que vestía un armonioso arco iris de brillantes colores, donde se juntaban todas las características armoniosas de cada uno de ellos.

En el corazón de la comunidad, se destaca un libro con páginas de diferentes colores repleto de matices. El libro recoge las orientaciones para pintar un nuevo mundo donde todos puedan tener acceso a vestirse con los colores de la amistad.



¿Desde dónde te sitúas?



       Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: 

                                                                                                    
Hastalapróxima semana.   
                                  Tino Escribano Ruiz

sábado, 21 de diciembre de 2013

6.-PROPONER LA FE CRISTIANA… como adhesión a la persona de Jesús.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales para dignificar a las personas más deterioradas  de la tierra;

 y mi pensamiento se transformó en el rostro de Teresa de Calcuta.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales  para defender la paz sin usar la violencia;

y mi pensamiento se transformó en el rostro de Mahatma Gandhi.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales de sencillez y transparencia;

y mi pensamiento se transformó en el rostro de  Francisco de Asís.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales para poner en primer lugar al ser y no al tener;

 y mi pensamiento se transformó en el rostro de Erick Fromm.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales para defender los derechos humanos sin distinción de colores ni de razas;

y mi pensamiento se transformó en el rostro de Martin Luther King.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales contrastados por el razonamiento

y mi pensamiento se transformó en el rostro de  Sócrates.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales en busca de aventuras heroicas

y mi pensamiento se transformó en el rostro de Cervantes.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales de solidaridad

y mi pensamiento se transformó en el rostro de Vicente Ferrer.



Pensé en alguien que me ofreciera ideales de paciencia

y el pensamiento se transformó en el rostro del Santo Job.



Pensé en el rostro de Jesús; y en mi mente aparecieron todos estos

maravillosos personajes, unidos a  millones de hombres y mujeres

que han pasado por la historia humanizando la vida.

Hoy los encuentro también en la comunidad cristiana porque viven

con una adhesión inseparable a la persona de Jesús y siguen su evangelio.

Aquí encuentran el ideal que concentra sus mejores aspiraciones.



¿Desde dónde te sitúas?



           Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es

Hasta la próxima semana.

Tino Escribano  Ruiz

sábado, 14 de diciembre de 2013

5.- PROPONER LA FE CRISTIANA… para vivir con los cinco sentidos .



Me acerqué  a la fuente de la vida con  la vista puesta en los grandes horizontes;

y vi con  los ojos muy abiertos  que hay otra mirada que me hace ver más allá de las capacidades del sentido de la vista.



Me acerqué  a la fuente de la vida con los oídos finamente  equilibrados;

y oí que hay audiciones más amplias que van más allá de las capacidades del sentido del oído.



Me acerqué  a la fuente de la vida con el olfato orientado a la más larga distancia;

y olfateé  aromas y esencias indescriptibles, que van más allá de las capacidades del sentido del olfato.  



Me acerqué  a la fuente de la vida con el gusto refinado para paladear los sabores más sutiles;

 y gusté esencias de alta gama que van más allá de las capacidades del sentido del gusto.     



Me acerqué  a la fuente de la vida con el tacto a flor de piel, abierto a la sensibilidad más enternecida;

 y sentí que hay un sentido del tacto más amplio para descubrir los latidos de las emociones que hay en la interioridad.



Me acerqué a la fuente de la vida de una comunidad cristiana;

y descubrí que allí se vive todo junto con los cinco sentidos y en total plenitud,

unido al sentido común y al sentido de la existencia. Todos los sentidos se

desarrollan constantemente porque estas personas van descubriendo el sentido

último de la vida, que está más allá de las capacidades propias, pero que lo consiguen

viviendo la fe en Jesús con la guía del Evangelio.



¿Desde dónde te sitúas?



           Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es



                                                 Hasta la próxima semana.

                                                              Tino Escribano  Ruiz


lunes, 9 de diciembre de 2013

4.-PROPONER LA FE CRISTIANA… como puerta que abre nuevos caminos.



Llamé a la puerta de la casa de un amigo

y recibí un sin fin de abrazos de alegría.
 

Llamé a la puerta de la casa de un inmigrante
y recibí la cálida acogida de su patria.  
                    

Llamé a la puerta de la casa de un bombero                    
 y recibí instrucciones para no jugar con fuego.
 

Llamé a la puerta de la casa de un científico, 
y recibí pruebas para detectar  los errores.



Llamé a la puerta de la casa de un fontanero,
recibí lecciones para  arreglar averías.


Llamé a la puerta de  la casa de un sastre 
 y recibí las medidas precisas para tener un traje de fiesta.



Llamé a la puerta de  la casa de un panadero 
y recibí la fórmula para conseguir el pan nuestro de cada día.


Llamé a la puerta de la casa de un militar 
y recibí normas para tener disciplina.

  

Llamé a  la puerta de la casa de un taxista 
y recibí el mapa de rutas para ir por todos los caminos. 


Llamé a la puerta de la casa de un albañil 
y recibí las habilidades para trabajar  mil detalles.



Llamé a las puertas de la casa de  una comunidad cristiana y 
recibí todas las cualidades juntas, porque allí se vive la fe en Jesús,

siguiendo el Evangelio, que abre todas las puertas que conducen

hacia los caminos más auténticos y prácticos de la vida.
 

¿Desde dónde te sitúas?


           Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es



                                                           Hasta la próxima semana.

                                                              Tino Escribano  Ruiz