Mis ojos veían el progreso, pero estaban cerrados para ver la contaminación que hay en el planeta;
gracias a Green Peace se abrieron y se
impregnaron de visión ecologista.
Mis ojos veían la abundancia, pero estaban cerrados para ver el hambre; gracias a Manos Unidas se abrieron y se
impregnaron de visión solidaria.
Mis ojos veían la luz
de lo blanco, pero estaban cerrados para
ver cómo se aparta la luz de los negros; gracias a Mandela se abrieron y se impregnaron de una visión integradora, antirracista y pacifista.
Mis ojos veían la productividad, pero estaban cerrados para ver la explotación laboral;
gracias a los movimientos obreros se
abrieron y se impregnaron de visión
reivindicativa por la justicia.
Mis ojos veían la ternura de un niño, pero estaban cerrados para ver la esclavitud infantil;
gracias a Unicef se abrieron y se impregnaron
de visión jurídica para defender los derechos
de la infancia.
Mis ojos veían la belleza femenina, pero estaban cerrados para ver la marginación de la
mujer degradada; gracias a la niña Malala
se abrieron y se impregnaron de visión igualitaria
para dar cultura que dignifica a la mujer lo mismo que al varón.
Mis ojos veían las grandes aglomeraciones de gente, pero
estaban cerrados para ver la soledad
que hay en el planeta; gracias a las iniciativas
del voluntariado, se abrieron y se impregnaron de visión acogedora de amistad.
Mis ojos me guiaron a
ver una comunidad cristiana donde encontré juntas todas las miradas con los ojos
fijos en un mismo horizonte ante una realidad social en constante
transformación. La persona de Jesús abre los ojos de todas las cegueras
mentales, haciendo que se unan pensamiento y acción para hacer realidad el
proyecto de una nueva humanidad.
El evangelio perfila la hoja de ruta, porque su mirada es como la de
los ojos abiertos a la realidad y a intervenir en ella para que sea de justicia
y amor.
¿Desde dónde te sitúas?
Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es
Hasta
la próxima semana.
Tino Escribano Ruiz
Me gusta leer tu ventana, pero sobre todo la esperanza que nos muestras en todaslas situaciones donde dices asomarte, tenemos que buscar la manera de implicarnos y no dejar todo a las ONG y para eso hace falta mucho amor a los demás y menos a si mismo
ResponderEliminarRosa.
Mis ojos veían y terminaron viendo la inmensidad, la bondad, la generosidad y aprendieron a compartir lo que eran y llevaban dentro.
ResponderEliminarNuria Amarilla
Totalmente de acuerdo. Gracias por tus apreciaciones. Yo lo estoy intentando con mi comunidad cristiana.
Eliminar"La persona de Jesús abre los ojos de todas las cegueras mentales, haciendo que se unan pensamiento y acción para hacer realidad el proyecto de una nueva humanidad". Mejor expresado que lo que tu dices...
ResponderEliminarMe gusta asomarme a tu ventana Tino.
Es increíble la infinidad de panoramas que ofrece. Algo de mágico debe tener.
Claro, ahora caigo. Dios nos enseña desde todos los puntos a llevarnos a Él. Esa es la Clave.
Amélie Durand
Te doy la enhorabuena por entender a la perfección el núcleo esencial de lo que se ve desde mis ventanas. Me emociona saber que otras personas también captan las señales de Dios en la vida normal. Es tan sutil como degustar una aterciopelada
EliminarProponer la Fe desde la realidad.
ResponderEliminarCada persona ve la misma realidad de distinta manera. Influye el egoismo, la soberbia, el poder o simplemente la ceguera a cualquier realidad.
Yo me quedo en la Comunidad Cristiana, pues en ella he aprendido que teniendo fe, se pueden ver las realidades como son y que se pueden convertir las malas, por menos malas y las buenas hacerlas efectivas entre todos, sabiendo que tenemos una misión propuesta por JESÚS, que es la Hermandad de todos los humanos.
Flor.
Ver la realidad con los ojos de la fe, me aporta un optimismo muy grande, pues aunque la vida está envuelta entre luces y sombras, yo siempre prefiero aumentar las luces antes que tapar las sombras. LAS LUCES SON LAS OBRAS BUENAS. TAPAR SOMBRAS NO COMSTRUYE NADA,SOLO LAS ESCONDE.
ResponderEliminarA. M. MARTÍN
Vivir la vida con sentido de fiesta es algo tan humano que solamente los humanos somos conscientes de la alegría de hacer fiesta. Jesús utiliza este símbolo para que nos hagamos una idea de lo feliz que uno se siente cuando se trabaja por su Reino de verdad, justicia y amor.
ResponderEliminarAgustín.
Todos los caminos conducen a Dios ,tu elegiste el mejor, darte a los demás con tu carácter y tu simpatía, pero sabes que en todas las casas tienes un sitio para estar con los amigos, que Dios este siempre contigo para transmitirlos a los demás.
ResponderEliminarUn saludo,
Maxi
Gracias,Maxi, tú también has elegido darte a los demás y yo aprendo de ti. Pero en las ventanas tienes que decir dónde te sitúas.
EliminarVer desde la fe no te quitas las otras formas de ver la vida, pero te aporta mayor profundidad a lo humano
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