“NO HAY
QUINTO MALO”
(impaciencia-esperanza)

-LA ESPERANZA. La higuera del evangelio lleva tres años sin dar
fruto (Lc.13,1-9). Una reacción es
cortarla. Otra es dar oportunidades
con una esperanza activa que aporte atenciones convenientes para que pueda dar
frutos. La esperanza no es cruzarse de brazos a ver qué pasa. Tener confianza
en que siempre puede haber algo mejor,
aunque sea a la quinta.
-LA PALABRA DE JESÚS. Es una llamada a la urgencia de la conversión que conlleva
un cambio de mentalidad y también de comportamientos. Toda la anécdota de la
higuera es un claro recuerdo de cómo Dios se ha portado con su pueblo: Dios siempre está dispuesto a dar
oportunidades aunque no dé los frutos deseados. La semilla que cae en tierra buena da fruto
abundante. El Reino de Dios es semejante a un pequeño grano de mostaza que
creció hasta hacerse un árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
Mt.13, 31 32)
-EL PAPA ACONSEJA. Los consejos del papa
Francisco “tienen miga” cuando dice
así: “os invito a todos a ser audaces y
creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el
estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades” (E.G. 33)
-LAS ORIENTACIONES
SINODALES. Son
un buen revulsivo para crecer con un estilo esperanzador, intentándolo una y
otra vez porque “no hay quinto malo”. En la introducción se nos dice que “no podemos seguir dejándonos llevar
por la inercia… debemos hacernos estas
preguntas: ¿qué hemos de seguir cuidando y promoviendo, posponiendo o
abandonando, reemprender o iniciar?”
¿Cuál
es, a tu parecer, lo que falta a nuestras parroquias para emprender iniciativas
pastorales que promuevan los frutos de la fe en las personas de hoy.
¡Hasta la
próxima semana!
Tino
Escribano Ruiz.
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