MANOS PARA LA FAMILIA
-EL PULGAR: Con el dedo
pulgar hacia arriba expreso la defensa
de la familia como institución social que garantiza el desarrollo
de la vida en todas las dimensiones que nos caracterizan como personas.
Pongo el dedo pulgar hacia abajo en señal de repulsa hacia las instituciones sociales que frenan iniciativas de apoyo a la familia. Todo eso provoca problemas que hieren a las personas y son
el origen de tantos desequilibrios sociales.
-EL ÍNDICE: con éste dedo señalo
algunos datos recogidos de la encuesta
del sínodo y que afectan a la familia en nuestra diócesis: un alto
porcentaje de familias y hogares monoparentales viven con pocos recursos y con hijos menores a su cargo, o con miembros discapacitados y desempleados. Las familias golpeadas por la crisis
económica han quedado sin poder adquisitivo, con carencias de protección social
y con el incremento de la desigualdad.
Hay muchas familias desestructuradas
y con dificultades para organizar la
vida familiar. ¿Qué se puede hacer?
-EL CORAZÓN: en la masa social actual encontramos diversidad de modelos de familias. Al
margen de disquisiciones sobre el concepto
de familia, en todos ellos se reivindica que el corazón de toda esa convivencia está en el concepto de amor con
todas sus variantes complementarias. Ese
amor hace que pongamos manos a la obra para promover iniciativas en defensa de la familia para reivindicar políticamente
los derechos perdidos. Abre las manos
del corazón en el grupo sinodal y vive esta experiencia metiendo las manos en la masa de las cuestiones
sociales más frías donde precisamente hace falta poner mucho más corazón.
-EL ANULAR: ponemos el anillo al reconocimiento de lo que se hace por la familia desde las parroquias en su actividad diaria acompañando
el desarrollo personal y social de las personas desde el nacimiento hasta la
muerte. Otro anillo para las iniciativas de Cáritas por las 180 familias
atendidas y los 88.550 euros invertidos en beneficio de 720 personas de
familias necesitadas.
-EL MEÑIQUE: Las realidades más débiles necesitan mayor protección.
La familia actual es una realidad muy débil en busca de su nueva ubicación en una nueva sociedad tecnológica que la necesita con urgencia para que el progreso avance
en equilibrio con la humanización de la vida. Desde los aspectos cristianos
tenemos mucho que aportar para afrontar los nuevos problemas sociales que
repercuten en las familias. Con las
propuestas para el Sínodo iremos avanzando por buen camino.
¿Qué es lo que te sugiere meter las manos
en la masa de la problemática familiar?
Cuéntalo en florentinoescribano@yahoo.es
Hasta la próxima
semana.
TINO ESCRIBANO RUIZ
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