MANOS PARA LA MUJER
-EL PULGAR: pongo hacia arriba el dedo pulgar en señal del triunfo de la mujer con personalidad, emprendedora, y activa, que
reivindica su nuevo sitio en la sociedad actual y en la iglesia, desde un perfil
de persona que se desarrolla con sus peculiaridades y que asume responsabilidades
sin entrar en venganzas contra lo masculino.
Pongo hacia abajo el dedo pulgar en señal de repulsa hacia una mentalidad machista
que todavía discrimina a la mujer impidiendo el acceso a ciertos cargos por el
simple hecho de ser biológicamente mujer.
-EL ÍNDICE: con este dedo señalo algunos datos alarmantes que la encuesta del sínodo ha puesto de manifiesto sobre la poca
relevancia social de la mujer indefensa, explotada, marginada, maltratada por
la debilidad de su estatus social o físico, su origen, o su raza, y escasa
cualificación personal, con la consiguiente pérdida de autoestima y dignidad
personal y social.
-EL CORAZÓN: en
el grupo sinodal se puede vivir una experiencia de complementariedad entre personas de igual dignidad humana: varones
y mujeres. Ambos tenemos que adelantar propuestas
audaces sin caer en lo tópicos enfrentamientos machistas y feministas,
metiendo las manos en la masa para que
la mujer tenga mayor relevancia no
solo por ser el número mayoritario como feligresas activas sino, como dice el
papa Francisco en la Evangelii Gaudium Nº103 ...”pero todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia
femenina más incisiva en la Iglesia...
se ha de garantizar la presencia de
las mujeres donde se toman las decisiones
importantes, tanto en la Iglesia
como en las estructuras sociales”. Precisamente, por eso, hace falta poner mucho más corazón.
-EL ANULAR: el anillo al reconocimiento está en las manos
de las personas que en las parroquias
atienden a las mujeres en dificultades. También a los 10
voluntarios y un técnico que el informe de Cáritas nos da a conocer en su
dar atención y asesoramiento a 96
mujeres desprotegidas. Se han invertido 28.863 euros en impulsar talleres formativos,
culturales y de tiempo libre, realizando programas de promoción de hábitos de vida
saludables e intervenciones educativas de participación de mujeres.
-EL MEÑIQUE: Aún son muchas las debilidades que hay que
fortalecer. Daremos pequeños pasos pero serán indispensables para que, tanto en
el mundo rural como en el urbano, la
mujer en situaciones de dificultad sienta nuestro apoyo desde su propio aprendizaje y a partir de sus propias
capacidades y potencialidades.
Nos queda
mucha tela que cortar pero si hoy ya nos
atrevemos a meter las manos en la masa social de la promoción de la mujer, iremos por buen camino.
¿Qué es lo que te
sugiere meter las manos en la masa
de la promoción de
la mujer en la sociedad y en la iglesia?
Cuéntalo en florentinoescribano@yahoo.es
Hasta la próxima semana.
TINO ESCRIBANO RUIZ
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