Llamé a la puerta de la casa de un amigo
y recibí un sin fin de abrazos
de alegría.
Llamé a la puerta de la casa de un inmigrante
y recibí la cálida acogida de su patria.
Llamé a la puerta de la casa de un bombero
y
recibí instrucciones para no jugar con
fuego.
Llamé a la puerta de la casa de un científico,
y recibí pruebas para detectar los errores.
Llamé a la puerta de la casa de un fontanero,
recibí lecciones para arreglar averías.
Llamé a la puerta de la casa de un sastre
y recibí las medidas
precisas para tener un traje de fiesta.
Llamé a la puerta de
la casa de un panadero
y recibí la fórmula para conseguir el pan nuestro de cada día.
Llamé a la puerta de la casa de un militar
y recibí normas para tener disciplina.
Llamé a la puerta de la
casa de un taxista
y recibí el mapa de
rutas para ir por todos los caminos.
Llamé a la puerta de la casa de un albañil
y recibí las habilidades
para trabajar mil detalles.
Llamé a las puertas
de la casa de una comunidad cristiana y
recibí todas las cualidades juntas, porque allí se vive la fe en Jesús,
siguiendo el
Evangelio, que abre todas las puertas que conducen
hacia los caminos más
auténticos y prácticos de la vida.
¿Desde dónde te
sitúas?
Puedes enviar tus reflexiones a esta dirección: florentinoescribano@yahoo.es
Hasta
la próxima semana.
Tino
Escribano Ruiz
Desde la búsqueda, intentando, llamando, anhelando...es difícil, igual está y no se ve, te lo dicen y no lo oyes, sólo veo prisas , preparativos, disculpas...
ResponderEliminarA cuántas puertas has llamado
ResponderEliminary todas con cuanto acierto,
ojala fueran verdad
y no solamente un cuento.
La única verdad que encuentro
en todas esas llamadas,
es la única que pones
la de la Comunidad cristiana.
Sin esa Comunidad,
en la que vive Jesús,
no se abriría ni una puerta
eso bien lo sabes tú.
Yo por eso me sitúo
justamente en esa puerta,
para decirle a la gente
que pase y vea, que está abierta;
que los que estamos por dentro
no exigimos nada a nadie,
que entren a comprobarlo
y seguro que se quedan.
Que solo damos cariño,
comprensión, amor y respeto,
a todo el que quiera entrar
a ver qué estamos haciendo.
Flori Hernández.
Adviento es comienzo. Volver a comenzar.
ResponderEliminarNos dá miedo avanzar, ver nuevos horizontes, nuevos caminos, nuevas bellezas tanto naturales como artificiales.
Nos acomadamos en lo que conocemos y podemos abarcar.
Seamos más valientes, lancemonos, veamos las necesidades desde nuestro interior.
Dios está con nosotros.
Gracias Tino.