EL DESPERTADOR …de los LAICOS (5).
Riiiiinnngggg…
Es la UNA: El
reloj señala la hora de despertar la responsabilidad de los laicos, varones y mujeres, para que asuman la responsabilidad
de promover un sentido humanizador
de la vida.
Son las DOS: la
hora de despertar los 5 sentidos de los
laicos cristianos, conscientes de que son un estado de vida dentro de la
iglesia para ver la realidad
deteriorada; oír el grito de los
explotados; oler las fragancias de
las mejores soluciones; gustar de la
entrega a los demás y sentir el tacto
donde crece la vida.
Son las TRES: la
hora de despertar la ternura en el
corazón de los laicos cristianos que
les motive a implicarse en el proyecto
educativo de sus hijos equilibrando los saberes tecnológicos y académicos con la adquisición de los valores cívicos, éticos y religiosos.
Son las CUATRO. Es
la hora de despertar la innovación del
laicado cristiano para emprender estrategias que dignifiquen la vida humana ante la
problemática social, la distribución del trabajo, el acceso a la
vivienda, la promoción de la mujer, la reactivación del campo, la valoración de
los pueblos…
Son las CINCO. La
hora de despertar la capacidad emprendedora del laicado cristiano,
organizándose para promover programas de
desarrollo en defensa de la justicia, de la paz, de la ecología y el medio
ambiente; de la productividad sostenible, la erradicación de la pobreza y la denuncia de tantas lágrimas derramadas
por culpa de sinvergüenzas…
Son las SEIS. La
hora de despertar la creatividad del
laicado cristiano para generar nuevas estructuras sociales que
frenen el despoblamiento, el envejecimiento y la soledad de nuestros pueblos,
anestesiados por las ayudas sociales que han generado tanto conformismo y dependencia
que inciden en la escasa participación de los ciudadanos en la vida social y
política, con el ejemplo de la fe en las diferentes etapas de la vida.
Son las SIETE. La
hora de despertar la conciencia social de los jóvenes cristianos,
favoreciendo sus estímulos y sus
altas capacidades para abordar proyectos de cooperación hacia grandes ideales donde no se necesita la
dependencia de drogas, ni alcoholismo, ni el placer a cualquier precio.
Son las OCHO. El
reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a la comunidad cristiana que debe nutrirse de personas
laicas al servicio y con resonancia en la comunidad parroquial, con una religiosidad fundamentada en bases sólidas, para
tomar decisiones en las tareas parroquiales. Comunidad que se despierte con una nueva mentalidad, capaz de
construir una nueva presencia pública desde su experiencia laboral y
profesional, con astucia y sencillez, al estilo de las
bienaventuranzas de Jesús.
Ocho horas para dormir. Ocho horas
para despertar; y el resto de horas,
para vivir.
¡LEVÁNTATE! VIVE el
Sínodo y PARTICIPA como LAICO CRISTIANO.
Tú puedes ser el despertador que necesitamos.
¿A qué hora pondrás hoy, tu despertador?
Cuéntalo en tinoescribanocc@gmail.com
¡Hasta la próxima
semana!
Tino Escribano Ruiz
buenos dias ,tardes noches.Creo que cualquier hora es buena para que un joben te escuche,durante la comida ,reuniones,celebraciones o simplemente cuando estes a solas con él.
ResponderEliminarTenemos que despertar el laicado jubenil,y os aseguro que se puede.Hay que machacar,sin imponer,que la Iglesia los necesita,que sin ellos no se vá a poder seguir escuchando LA PALABRA ,y los jóbenes te escuchan
Si cada familia,en algún momento,sacara a colación la reforma de la Iglesia,se escucharian sus propuestas.Lo que ocurre ,creo yó,es que están en otras cosas,pero si saben que JESÚS es nuestro maestro,por lo tanto tienen fé.
El problema para ellos es la iglesia,pero hay que hacerles entender ,con mucha paciencia y dejandoles hablar,que si ellos no lo solucionan, los que vamos quedando, la mayoria, están estancados en el ayer.
Despertemos a los jóbenes cristianos, hablandoles de una iglesia que pueden reformar ellos mismos, porque la jubentud de hoy tiene una gran base, si los dejamos actuar con su mentalidad y nó poniendo trabas a sus ideas.
Ojalá que estos cristianos, que hay muchos, se pongan las pilas y hagan el relevo que la iglesia necesita.
Hasta el próximo Riiiinnnngggg.
Muy buena reflexión llena de realismo y esperanza.
EliminarTambién se detecta sufrimiento por la problemàtica que plantea y la muy difícil solución que hay en la iglesia hacia ellos. No se sabe qué hacer, pero el Sínodo nos tiene que desertar a todos.
Gracias por tus refleciones.