miércoles, 20 de mayo de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (7)



EL DESPERTADOR…   DE LOS CURAS (7)

Tic-tac-tic-tac…

Riiiiinnngggg…
Es la UNA: El reloj señala la hora de despertar la confianza en sí mismo para continuar con firmeza el camino, sin perder de vista la meta definitiva.

Son las DOS: la hora de despertar las ilusiones para emprender una pastoral actualizada que busque cauces eficaces ante las nuevas realidades que han dejado obsoleto lo de siempre.

Son las TRES: la hora de despertar las raíces profundas donde se fundamentan los principios que sustentan la fe y la sintonía amistosa de oración comunicativa con el SER por quien decidiste gastar la vida.

Son las CUATRO. Es la hora de despertar en corresponsabilidad para crecer en la capacidad de dinamizar la comunidad parroquial como persona integradora de toda la pluralidad de dones para empujarla hacia una fe madura y adulta, buscando juntos, decidiendo juntos, caminando juntos… sin pretender ser el primero, ni el único que tiene las mejores soluciones.

Son las CINCO. Es la hora de despertar la experiencia de la espiritualidad de la acción poniendo los cinco sentidos para encarnarla en la vida de la calle, en las preocupaciones de los laicos, en la lectura creyente de los acontecimientos, en la escucha del grito de los abandonados del mundo, en el no ver nada y decir: Padre-Dios me fío de ti.

Son las SEIS. Es la hora de despertar la utopía ante el desencanto por la falta de coherencia, o por el desencanto ante las experiencias negativas en contacto con gente de iglesia.

Son las SIETE. La hora de despertar la capacidad de acogida y sencillez para comunicarse con cercanía a todas las personas, consciente de que cada cual tiene su proceso peculiar en el que el orden de los factores no altera el producto.

Son las OCHO. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar la mente del cura al dirigirse a cada comunidad parroquial para que, como dice el papa Francisco, la homilía sea un encuentro del pastor con su pueblo. Ayude a dar sentido y fervor a la celebración. Que no se pase en tiempo y que el contenido teológico sea comprensible y cercano. Que se relacione con las lecturas para orientar la fe y la vida de los creyentes.

        Ocho horas para dormir. Ocho horas para despertar;
 y el resto de horas, para vivir.
¡LEVÁNTATE! VIVE el Sínodo y PARTICIPA como cura y junto a los curas.
Tú puedes ser el reloj que haga  despertar al tipo de CURA que necesitamos.

¿A qué hora pondrás hoy, el despertador de CURAS?

¡Hasta la próxima semana!
Tino Escribano Ruiz

lunes, 18 de mayo de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (6)

 EL DESPERTADOR    …de la FAMILIA (6).
Tic-tac-tic-tac…
 Riiiiinnngggg…
Es la UNA: El reloj señala la hora de despertar a la FAMILIA ACTUAL para que salga del anonimato y participe en asociaciones cívicas y políticas. Es urgente que las familias sean valoradas como fundamento de la sociedad y no solo como clientes  de las cadenas de consumo.

Son las DOS: la hora de despertar el CORAZÓN de la familia, pues representa la felicidad conseguida con lo que no se compra con dinero. Es urgente para que lo material no sea el único baremo para evaluar el índice de felicidad.

Son las TRES: la hora de despertar la imaginación y la creatividad de la familia para que invente con sus hijos los mejores momentos de ocio, de diversión y de tiempo libre que no consisten en coleccionar los miles de artilugios tecnológicos, propios de los anuncios de la TV sino en invertir en la familia, con la “magia de tu ser” que está por dentro.

Son las CUATRO: es la hora  de despertar a la familia actual para que la valoración que hace del medio ambiente, la salud, los amigos, el trabajo… vayan más allá de las palabras.

Son las CINCO. La hora de despertar la valoración de la mujer en la familia, que no es más mujer por las horas que pasa trabajando en casa o fuera de casa, por necesidad o sin ella, por dinero o sin dinero. Tampoco es más mujer, ni más libre, por imitar los modos de vida masculinos, sino por la capacidad de tomar decisiones compartidas que ayuden a asumir las responsabilidades de todos los miembros de la familia.
 
Son las SEIS. La hora de despertar los buenos sentimientos para calmar las tensiones que no lleven a rupturas de la familia, sino al aprendizaje de controlar las emociones para dialogar y volver a diseñar el proyecto de vida de cada familia, donde caben todas las diferencias cuando confluyen hacia un bien común.

Son las SIETE. Es la hora de despertar para defender los derechos de la vida no-nacida, que no es propiedad ni un apéndice del cuerpo de una mujer, sino responsabilidad del hombre y de la mujer en igualdad de condiciones y de decisiones para que la vida siga adelante.

Son las OCHO. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a la comunidad cristiana del catolicismo tradicional, para que no caiga en la trampa de reducir la fe a los sentimentalismos y a las devociones privadas. Es urgente dar paso a la fe de la familia actualizada, dispuesta a renovar la formación religiosa de los niños y jóvenes del hoy para aprender a fortalecer la fe ante la indiferencia religiosa. Es urgente un entorno familiar favorable para el crecimiento de los carismas y vocaciones ministeriales al servicio de la comunidad.

Ocho horas para dormir. Ocho horas para despertar;
y el resto de horas, para vivir.
¡LEVÁNTATE! VIVE el Sínodo y PARTICIPA como FAMILIA
La tuya puedes ser el despertador que necesitamos.
¿A qué hora pondrás hoy, tu despertador de la FAMILIA?

¡Hasta la próxima semana!

Tino Escribano Ruiz

lunes, 11 de mayo de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (5)

EL DESPERTADOR  de los LAICOS (5).

Tic-tac-tic-tac… 
Riiiiinnngggg…

Es la UNA: El reloj señala la hora de despertar la responsabilidad de los laicos, varones y mujeres, para que asuman la responsabilidad de promover un sentido humanizador de la vida.

Son las DOS: la hora de despertar los 5 sentidos de los laicos cristianos, conscientes de que son un estado de vida dentro de la iglesia para ver la realidad deteriorada; oír el grito de los explotados; oler las fragancias de las mejores soluciones; gustar de la entrega a los demás y sentir el tacto donde crece la vida.


Son las TRES: la hora de despertar la ternura en el corazón de los laicos cristianos que les motive a implicarse en el proyecto educativo de sus hijos equilibrando los saberes tecnológicos y académicos con la adquisición de los valores cívicos, éticos y religiosos.

Son las CUATRO. Es la hora de despertar la innovación del laicado cristiano para emprender estrategias que dignifiquen la vida humana ante la  problemática social, la distribución del trabajo, el acceso a la vivienda, la promoción de la mujer, la reactivación del campo, la valoración de los pueblos…

Son las CINCO. La hora de despertar la capacidad emprendedora del laicado cristiano, organizándose para promover programas de desarrollo en defensa de la justicia, de la paz, de la ecología y el medio ambiente; de la productividad sostenible, la erradicación de la pobreza y la denuncia de tantas lágrimas derramadas por culpa de sinvergüenzas…

Son las SEIS. La hora de despertar la creatividad del laicado cristiano para generar nuevas estructuras sociales que frenen el despoblamiento, el envejecimiento y la soledad de nuestros pueblos, anestesiados por las ayudas sociales que han generado tanto conformismo y dependencia que inciden en la escasa participación de los ciudadanos en la vida social y política, con el ejemplo de la fe en las diferentes etapas de la vida.

Son las SIETE. La hora de despertar la conciencia social de los jóvenes cristianos, favoreciendo sus estímulos y sus altas capacidades para abordar proyectos de cooperación hacia grandes ideales donde no se necesita la dependencia de drogas, ni alcoholismo, ni el placer a cualquier precio.

Son las OCHO. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a la comunidad cristiana que debe nutrirse de personas laicas al servicio y con resonancia en la comunidad parroquial, con una religiosidad fundamentada en bases sólidas, para tomar decisiones en las tareas parroquiales. Comunidad que se despierte con una nueva mentalidad, capaz de construir una nueva presencia pública desde su experiencia laboral y profesional, con astucia y sencillez, al estilo de las bienaventuranzas de Jesús.

          Ocho horas para dormir. Ocho horas para despertar; y el resto de horas, para vivir.

¡LEVÁNTATE! VIVE el Sínodo y PARTICIPA como LAICO CRISTIANO.

Tú puedes ser el despertador que necesitamos.

¿A qué hora pondrás hoy, tu despertador?


¡Hasta la próxima semana!


Tino Escribano Ruiz



viernes, 3 de abril de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (4)

EL DESPERTADOR…            de la parroquia. (4)
         
Tic-tac-tic-tac…
Riiiiinnngggg…

Es la una. El reloj señala la hora de despertar a todos los hombres y mujeres; jóvenes y niños que viven junto a otras personas, en un territorio donde las casas se distribuyen alrededor de un  templo que llamamos también, parroquia.

Son las dos. La hora de despertar a la feligresía parroquial como aglomeración de casas por decreto,  para que abran los ojos y vean que hay una comunidad de personas  que vive la fe en Jesús, caminando juntos hacia las grandes metas del Evangelio

Son las tres. La hora de despertar a los encargados de los edificios parroquiales para que no sean solamente bellos monumentos como museos de arte o lugares de ceremonias de culto, sino donde se realizan otras tareas pastorales que aportan encuentro cercano a los vecinos.

Son las cuatro. La hora de despertar la conciencia de las piadosas mujeres y beatos seglares que se comen los santos y se han adaptado a ser eternamente clientes de curas llavero que abren y cierran decidiendo lo que es bueno de acá y de allá, pero que no hacen crecer a la comunidad porque esas actitudes religiosas no permiten crecer en responsabilidad a la comunidad. 

Son las cinco. La hora de despertar las coordinaciones parroquiales con las arciprestales y las diocesanas, para aunar esfuerzos de manera pastoral más eficaz; y, sobre todo, para ser señales de comunión de fe y vida donde se hace presente el Señor porque nos reunimos en su Nombre. 

Son las seis. La hora de despertar al Consejo Pastoral de cada parroquia para que sea representativo de todas las realidades de la comunidad y crezca en ser dinamizador audaz de la pastoral  que necesitamos emprender en los caminos nuevos que es urgente abrir.

Son las siete. La hora de despertar la inteligencia de toda la comunidad parroquial para dar existencia a un proyecto pastoral organizado, renovador y abierto a las necesidades del pueblo, del barrio… y a las situaciones de la vida de las personas que configuran la parroquia.

Son las 8. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a las personas, instituciones, movimientos laicales y todas las estructuras que forman parte del entramado parroquial, para que todos acompañen y ayuden al crecimiento de la fe en cada persona para participar con criterio, entusiasmo, responsabilidad e interés en el Sínodo diocesano.

Ocho horas para dormir. 
Ocho horas para despertar y, el resto, para vivir

¡LEVÁNTATE y VIVE el Sínodo! PARTICIPA en él: buscando, renovando y fortaleciendo tu fe, para que pueda ser el despertador que cada COMUNIDAD PARROQUIAL necesita para que la iglesia sea un recinto de paz, de justicia y de amor para seguir esperando.

                 
¿A qué hora  pondrás hoy tu despertador?

¡Hasta la próxima semana!


Tino Escribano Ruiz.





jueves, 26 de marzo de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (3)

EL DESPERTADOR…    de catequistas. (3)

-¡Tic-tac-tic-tac…
Riiiiinnngggg…!



Es la una. El reloj señala la hora de despertar a cada catequista para volver a orientar la vida con el timón de la fe.

Son las dos. La hora de despertar a otras personas para que cojan el timón dando el relevo a catequistas que han dado la mejor catequesis con el testimonio de su vida cristiana desgastada por amor a los demás, acompañando a muchas personas con el rumbo de la fe.

Son las tres. El reloj señala la hora de despertar el ambiente de la catequesis para organizar y preparar las sesiones con una buena formación y coordinación entre etapas.  

Son las cuatro. Es la hora de despertar a las familias que apuntaron a sus hijos a la catequesis, para que participen con vitalidad en el crecimiento de la fe de sus hijos, como se desarrolla una planta cuando hay el apoyo de buenos nutrientes.

Son las cinco. La hora de despertar a los equipos de catequistas para que vivan más integrados a la comunidad parroquial, disfrutando de sentirse enviados por ella para cuidar y fortalecer la fe en las diferentes fases de la vida.

Son las seis. La hora de despertar las neuronas del cerebro, para ponerse al día en metodología catequética y arroparse con las ayudas que favorezcan transmitir la vida cristiana con argumentos sólidos de la fe para los tiempos actuales.

Son las siete. La hora de despertar todos los recursos del cuerpo, de la mente y del espíritu, para llenarse de ilusión y buenas prácticas, para conectar con el lenguaje y la vida de quienes reciben la catequesis.

Son las 8. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a la comunidad cristiana que debe ser, en sí misma, la señal de la mejor catequesis, avalada por las vivencias de las personas que la frecuentan. La comunidad es catequista cuando transmite los fundamentales contenidos de la fe que llevan a la experiencia de Dios, viviendo el Evangelio en el compromiso de las realidades sociales más urgentes, y celebrándolas con agradecimiento afectuoso.

        Ocho horas para dormir. Ocho horas para despertar;
 y el resto de horas, para vivir.
¡LEVÁNTATE! VIVE el Sínodo y PARTICIPA en la CATEQUESIS,                                                 para que pueda ser el despertador  que todos necesitamos para que la iglesia de Coria-Cáceres sea un recinto de paz, de justicia y de amor para seguir esperando.

                     ¿A qué hora pondrás hoy, tu despertador?.                         Cuéntalo en tinoescribanocc@gmail.com
¡Hasta la próxima semana!


                                                 Tino Escribano Ruiz 







jueves, 19 de marzo de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (2)

EL DESPERTADOR…del silencio. (2)


Tic-tac-tic-tac… 
Riiiiinnngggg…

Es la una. La hora de despertar al silencio dormido para envolverse en el silencio activo que es el que percibe la vida conscientemente: la del cuerpo, la de la mente, la del espíritu.
 
Son las dos. La hora de despertar tu silencio del cuerpo como relajación, quietud y concentración y querer para ti el don de la paz que tú quieres dar a los demás.

Son las tres. La hora de despertar el silencio de la mente en los ideales y en la aceptación de ti mismo ante la realidad difícil que te rodea, no como estorbo sino como oportunidad para conocerte a ti mismo y poner tus cualidades a cooperar en la construcción de un mundo más humano.

Son las cuatro. La hora de despertar el silencio del espíritu como contemplación de lo sagrado que hay en el templo del cosmos y en el espacio más humano donde descubras la experiencia de Dios que te ama con la intensidad con la que tú deseas dar amor a tu prójimo.

Son las cinco. La hora de despertar el silencio que te concentre en ti mismo para lanzarte hacia fuera y caminar con otras personas hacia un objetivo común.

Son las seis. La hora de despertar el silencio que te haga buscar por dentro la felicidad, con la misma intensidad de plenitud que la buscas hacia fuera.
  
Son las siete. La hora de despertar al silencio que te hará llorar de emoción ante otras satisfacciones que nunca te han dado tus deseos cumplidos.

Son las 8. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a la comunidad cristiana para que despierten los silencios dormidos por las falsas devociones religiosas que se esconden para no escuchar las crudas realidades de la vida.
          Es la hora del Sínodo diocesano que nos despierta a un silencio activo, al estilo del silencio de Jesús, en constante intimidad con el Padre-Dios y en constante implicación a la escucha de los gritos en las crudas realidades de la vida, descubriendo en ella su presencia salvadora que transforma y salva la realidad deteriorada.

Ocho horas para dormir. Ocho horas para despertar,
 y el resto de horas, para vivir.
 ¡LEVÁNTATE! VIVE el Sínodo y PARTICIPA con tu SILENCIO ACTIVO para que pueda ser el despertador  que todos necesitamos, y la iglesia de Coria-Cáceres sea un recinto de paz, de justicia y de amor para seguir esperando.

¿A qué hora pondrás hoy, tu despertador?.

                                                          
¡Hasta la próxima semana!

Tino Escribano Ruiz






sábado, 14 de marzo de 2015

¡LEVÁNTATE CON EL SÍNODO! (1)


EL DESPERTADOR…       de la vida. 
         
Tic-tac-tic-tac… Riiiiinnngggg…

Es la una. El reloj señala la hora de despertar la mente del adulto para afrontar las responsabilidades de la vida, que continúan en el nuevo día.
Hay que despertar la mente del niño, dormida por el excesivo proteccionismo de los padres.        
Hay que despertar la mente del adolescente, dormida por la mala costumbre de conseguirlo todo con el mínimo esfuerzo. Hay que despertar la mente del joven, dormida por el conformismo, debido a la ausencia de ideales.

Son las dos. La hora de despertar los sentimientos dormidos: los de la bondad para ver más allá de lo inmediatamente rentable. Los sentimientos de amistad para dominar el afán de utilizar a los demás según los propios intereses. Hay que despertar los sentimientos de  familia para dedicar con ternura, lo mejor, a la siempre querida familia.

Son las tres. La hora de despertar el ambiente de las casas: la casa de los abuelos, para que adquiera un sentido de hogar. Las casas de cultura, para que adquieran la vitalidad del vecindario. Hay que despertar las casas de los pueblos, para recuperar el sentido de pertenencia a una comunidad que forma parte de tus raíces más profundas.

Son las cuatro. La hora de despertar la música que llevas dentro para emprender un día con ilusión y esperanza.

Son las cinco. La hora de despertar la actitud crítica hacia uno mismo, para proyectar lo que todavía se puede mejorar.

Son las seis. La hora de despertar a los educadores para innovar las formas de despertar los ideales sociales en los niños y jóvenes para que hagan un mundo mucho mejor que el que han  recibido.
Son las siete. La hora de despertar el ingenio del empresario para que invierta sus ganancias en proyectos que generen nuevos puestos de trabajo.

Son las 8. El reloj de la torre de la iglesia señala la hora de despertar a las comunidades cristianas para percibir con mirada de la fe, los  ambientes de la vida que nos rodea. Es la hora del Sínodo: la hora de despertar, todos, a un nuevo día para reinventar la vida de la iglesia con creatividad y para que la fe crezca en el diálogo con la vida, llenando de sabiduría las mentes de los presentes y futuros cristianos.

          Ocho horas para dormir. Ocho horas para despertar, y, el resto, para vivir. ¡LEVÁNTATE y VIVE el Sínodo! PARTICIPA en él: buscando, renovando y fortaleciendo tu fe. Tú eres también el despertador que todos necesitamos, para que la iglesia sea un recinto de paz, de justicia y de amor para seguir esperando.                  
¿A qué hora pondrás hoy tu despertador? 

   Cuéntalo en tinoescribanocc@gmail.com

                               ¡Hasta la próxima semana!


                                  Tino Escribano Ruiz.